Carta del vientre de su madre.
Dios estaba observando a los hombres desde lo alto del cielo y vio que estos cada día se ponían más y más malvados, peleaban entre ellos y no se alegraban con nada.
Creo entonces Dios a una serie de ángeles especiales con características definidas. Unos serían grandes oyentes ciegos, otros pensadores sordos y mudos, unos con habilidades que nadie más tendría, por sus formas especiales en el cuerpo. Otros se divertirían con la creación y Dios mismo ya que con nadie hablarían por ser autistas.
Entre todos estaba el ángel Jael, la representación misma de los sentimientos. Cuando llego al vientre de su madre pensaba:
Yo soy chiquita,
Tengo ojos chinos
El pelo bien liso,
Mi nariz es chatita
Y mi lengua muy traviesa.
¿Mi mami me va a querer así?
¿Jugará mi papi con migo?
¿Mis hermanas me llevaran a pasear?
¿Me querrán o me dejaran?
¿Los médicos me ayudaran a crecer?
Dios tengo miedo…
No temas mi ángel Jael, porque tu madre, tu padre y tus hermanas te amaran como tú les amas.
Entonces me amaran muchísimo, porque yo les amo muchísimo.
Si Jael así será, y los médicos serán de gran ayuda en esos momentos. Te enseñaran a caminar, hablar, pintar y jugar. Y tú enseñaras a todos a amar con grandeza. Vamos Jael, ten valor.
Al momento de nacer, mama y papá lloraron mucho por mi, amaban también, lo se porque me besaban mucho. Mis hermanas, me regalaron un cojin que decía: "Bienvenida pequeña princesita Jael, tus hermanas que te quieren mucho los parientes me llevaron muchísimos regalos al hospital y a mi casa nueva.
Hoy duermo tranquila, porque mi mami me abrasa siempre y muy fuerte, mí papi juega con migo todo el día y no me deja ni dormir y mis hermanas me llevan a pasear a todas partes en el coche gris.
Que feliz soy con mi familia, tengo todo lo que necesito gracias a ellos, gracias Dios por dejarme venir a este hogar.
Firma: JAEL ESCARLETH.
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